Para todos nuestros hermanos y hermanas que se han unido a nosotros a lo largo de este año
Allí la simplicidad recibe honor, la pobreza es ensalzada, se valora la humildad y Greccio se transforma en una nueva Belén (1Cel 85)
Una vez más, con eterna fidelidad se nos anuncia la Buena Noticia: ¡Es Navidad!
El Mesías quiere alegrarnos de alegría verdadera. La humilde llegada de Jesús nos confunde los insignificantes centros de atención en los que hacemos gravitar nuestros afanes y deseos.
El Señor una vez más permite historizar su salvación para salvar nuestra historia de la mezquindad de unos logros cortos, de unas posesiones pobremente ricas, de cualquier ridículo egoísmo, de aquellas vergonzozas animosidades y de éstas incómodas (evangélicamente hablando), a las que nos avenimos con frecuencia.
El Anunciado desde siglos viene a decir la Palabra oportuna a este mundo grande y a nuestros pequeños mundos. Es Navidad, y se nos permite una vez más probar vivir una vida adulta y comprometidamente inocente, una vida redimidamente puera.
La cotidiana lucha por vencer nuestro pecado personal y estructural, se ilumina hoy con la franciscana fascinación de la humildad de Jesús. La humildad nos hará ricos y será nuestras saciedad.
El camino comienza en Belén y repica en Greccio: "¡Miren hermanos la humildad de Dios!"
Hermanos, mentiría si dijera que puedo escribir este saludo de Navidad, dejando de lado la repercusión que la vivencia de la pascua de nuestro hermano pre-novicio Eduardo Riquelme ha dejado en mí y -creo- en todos nosotros. La Pascua abre y encierra demasiado Misterio como para que haya pasado desapercibida.
En una misma coordinada histórica, el Salvador nos ha ofrecido un unísono de dolor y eternidad; de abatimiento y de paz; de urgencia y serenidad. En esta Navidad Dios se hizo para nosotros dolor y alegría, incomprensión y claro mensaje. Señor ¡creemos en ti, pero ilumina de fe nuestras fragilidades! ¡Como los pobres y excluidos de esta tierra, queremos ponderar la vida con la misma humildad de tu cuna y de tu cruz, Señor!
FELIZ NAVIDAD
Fr Carlos Trovarelli
Ministro Provincial
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